Llevo un montón de días deseando encontrar un rato para pasarme por aquí, en el último mes me han pasado tantas cosas que me han alegrado la vida, que ha sido la vez que más ganas he tenido de escribir, pero menos tiempo he tenido para hacerlo.
¿Qué es eso que me ha pasado? Pues no es nada muy importante, pero son un montón de "cosas pequeñas" que hacen que todo sea bueno.
Es curioso, hace años vivía "esas pequeñas cosas" y no recuerdo que me aportaran ni una décima parte de felicidad.
Hace un mes hice un curso de Educación Emocional que estuvo genial, pero uno de los ponentes en particular era tan bueno, que salí de allí convencida que todo podía ser mucho mejor de lo que ya era.
Me quedé con tres ideas fundamentales:
Primero, analizar y gestionar las emociones es la solución (me atrevo a decir que la única solución), segundo, los planes A son los que cuentan y tercero, es bueno medir las cosas.
Analizar y gestionar emociones no significa no tenerlas, simplemente significa tenerlas pero que no te dominen irracionalmente.
Los planes A son aquellos que son difíciles de alcanzar, que te sacan de tu zona de confort y que suponen un esfuerzo tratar de lograrlos, pero cuando se cumplen la satisfacción que provocan y las endorfinas que generan son bestiales y te hacen feliz.
Medir las cosas entre cero y diez te permite saber donde estás y que a veces ser un seis o un siete ya es fantástico y si cambias y llegas al ocho o nueve ni te cuento o si eres un tres o un cuatro y lo sabes podrás hacer algo para llegar a un cinco o un seis.
Así que con estas tres premisas he disfrutado de las pre-Navidades y las Navidades como hacía muchos años que no lo hacía, porque son unas fiestas que no me apasionan.
He disfrutado de situaciones personales de las que hace años no hubiese sido capaz, he descubierto que aunque los demás tengan un comportamiento "malo" te afectará en la medida que tu les dejes, he valorado a aquellas personas que han visto en mi cosas que ni yo misma había visto y he dejado de lado superficialidades que no me aportan absolutamente nada, y todo ello sin grandes sufrimientos (no como antiguamente donde todo era un poco "folclórico").
En fin todo eso aderezado de días de vinos y copas divertidos e inesperados, entrenos y carreras productivas, quedadas con amigos que "son familia", una tarde de cinco de enero emocionante e inolvidable y la visita del "hombre de mi vida" (mi Bruno) han hecho del final del 2016 y el inicio del 2017 unos días agradables, felices y divertidos.
Y a partir de ahora que.... pues dos Planes A por delante. Uno creativo, volver al teatro que tanto he echado de menos estos últimos siete años y otro deportivo, mi primera media maratón, en Sevilla (cerrando círculos) para la que ya no falta casi nada y que estoy seguro que me "obligará" a escribir un nuevo post en breve.
Mi amiga Maisy me dice, ¿cómo te puedes exponer tanto?, porque mientras escribo vuelvo a revivir las sensaciones buenas y de paso dejo por escrito todo lo bueno que me pasa y si un día tengo ratos "chungos", releo y vuelvo a recolocarme en modo On. Esta es la única razón de este post.