lunes, 22 de julio de 2024

Y DESPUÉS DE LOS 50...¿QUÉ?

Llevo sin pasarme por aquí más de un año. He pensado un montón de temas que tratar pero nunca he encontrado el momento en un año cargado de trabajo y, quizás también ,mucha adicción a redes, lo que inevitablemente te aleja de otras prácticas mucho más sanas como es escribir. 

Hoy vuelvo para iniciar un post que me gustaría completar a lo largo del tiempo y que no es más que un listado de cosas que he hecho a partir de los 50. 

¿Por qué? pues simplemente para tomar conciencia de que aunque no están siendo los años más "fáciles", siguen pasando cosas interesantes y sigo disfrutando de experiencias interesantes. 

Cosas post-50: 

  1. Concierto Hombres G (Lugo, Agosto 2022)
  2. República Dominicana (Agosto 2022)
  3. Behobia (Noviembre 2022)
  4. #Mércoresdeemocións (Curso 2022/2023)
  5. Sueño de altura: Maratón Sevilla (Sevilla, Febrero 2023)
  6. Regresar a FPInnova (Marzo 2023)
  7. Obtener destino Perdouro (Mayo 2023)
  8. Yoga tibetano (Junio 2023)
  9. Gimnasio (Junio 2023)
  10. Concierto Joaquin Sabina (A Coruña, Julio 2023)
  11. Viajar a Paris (Agosto 2023)
  12. Viajar a los campamentos Saharauis (Diciembre 2023)
  13. Excursión alumnos de 3ºESO París (Diciembre 2023)
  14. Ir al cine con mis sobrinos (Marzo 2024)
  15. Organizar la I Semana de Bienestar Emocional (Abril 2024)
  16. Regreso a Huelva (Julio 2024)


martes, 21 de febrero de 2023

SEVILLA 2023...UN SUEÑO DE ALTURA

Hacía años que no me pasaba por aquí, pero una Maratón bien lo vale.

Hace 10 años que empecé a  correr. Lo hice por necesidad, no pasaba un buen momento y alguien me dijo que correr liberaba la mente, así que cuando no encuentras solución te agarras a lo que sea y de ese modo empezó mi idilio con el running. Mientras corría no pensaba, la terapia perfecta (hoy además sé que mi cuerpo generaba endorfinas que compensaban todo el cortisol que mi estrés y ansiedad estaban provocando).

A pesar de que era mi mejor terapia jamás pensé que podría correr una maratón (ni me lo planteaba). Empecé entrenando poquito a poco (mi primera tirada fue de 30 segundos😂😂😂) y a los dos años me atreví a correr una carrera de 5kms. Me encantó la emoción de la espera en la salida, correr acompañada y la sensación de llegar a meta (reto cumplido).

Un año después llegaron mis primeros 10K y recuerdo que tuve unas agujetas increíbles, al día siguiente no podía andar, ahora se que el cuerpo necesita muchas carreras (y estirar bien) para ir adaptándose a las distancias.

En 2016 me apunté a correr con un grupo porque quería preparar mi primera media maratón, la de Sevilla. ¿Por qué Sevilla? Había vivido allí, la ciudad me había traído siempre cosas buenas, es una ciudad plana y me pareció una forma perfecta de cerrar un círculo. 

Entrenar con el grupo me sirvió primero para divertirme, segundo para conocer mujeres increíbles con grandes retos deportivos que me inspiraron y tercero para descubrir que hay que entrenar con criterio y no correr por correr.

En enero de 2017 corrí los 21K de Sevilla y las emociones positivas empezaron a multiplicarse por cien. En noviembre fui a mi primera Behobia y ahí simplemente flipé ¿Y si una maratón fuese posible? ¿Se multiplicarían por mil esas emociones? 

Entonces en septiembre de 2017 mientras cursaba el posgrado de educación emocional en Barcelona nos propusieron una actividad que era “soñar”. Consistía en elegir tu “sueño de altura”  y empezar a trabajar sobre él. En ese momento lo tuve claro “mi sueño de altura” era correr la maratón de Sevilla y puse de fecha tope febrero de 2020. Ahora me doy cuenta de que la fecha no estaba bien planificada, pero la semilla de la ilusión estaba ya dentro de mi. A partir de ese momento en cada carrera, en cada media maratón y en cada entreno/km que hacía pensaba que estaba recorriendo el camino hacia esa meta.

Transcurrió 2018 y parte del 2019 y cuando llegó el momento de preparar Sevilla, los tres meses que una maratón necesita como mínimo, no lo hice. Estaba en buena forma, acababa de correr dos medias con buenas sensaciones y buenos tiempos pero me fui de viaje esas navidades y encontré la excusa perfecta para para no empezar los entrenos. Ahora se que simplemente no era el momento, como todo en la vida la maratón llega cuando la necesitas y cuando estás preparada para que llegue.

Con lo que no contaba era con el Covid. En marzo de 2020 el mundo se paró y durante dos años seguí entrenando poco pero sin retos porque no se sabía cuándo volveríamos a la normalidad que incluía también la normalidad de carreras y las nuevas ilusiones.

En septiembre de 2021 corrí la media maratón de Las Catedrales y volví a pensar en “mi sueño de altura”.

En 2022 de forma recurrente empecé a notar que necesitaba nuevos retos. Había pasado dos años de

Covid bastante sola físicamente y necesitaba conectarme de nuevo a una ilusión. Corrí la media de Lugo, la pedreste de Santiago y regresé a la Behobia. Fue a la vuelta de San Sebastián cuando vi claramente que había llegado el momento de intentar la maratón de Sevilla, mi sueño de altura tenía nueva fecha 19 de febrero de 2023, y no porque la Behobia me hubiese demostrado que estaba súper en forma (no fue mal pero sufrí más de lo que esperaba), fue el momento vital y escuchar a mi yo interior que me dijo simplemente dos cosas “necesitas un nuevo reto en tu vida” y “necesitas afrontar tus Navidades de la mejor manera posible” y lo tuve claro, había llegado el momento.

Volví de San Sebastián el lunes 14 de noviembre y el martes 15 llamé a mi entrenador (no lo conocía pero tenía la mejor de las referencias) para pedirle si podía ayudarme a cumplir mi sueño. Recuerdo perfectamente todo lo que me dijo:

💫 Quiero ser realista y sincero,  es poco tiempo para una primera maratón, puedes empezar con los entrenos pero hasta la última semana de diciembre no podré decirte si es posible que lo logres.

💫 No tiene nada que ver con una media maratón, es como “cambiar incluso de deporte”. 

💫 Voy a ayudarte pero es importante seas consciente de la realidad. 

Todo lo que me dijo me resonó y fue justo lo que necesitaba oír, desde ese momento confié sin dudar en todo lo que él me decía, aunque a veces no entendiera el por qué de los entrenos. 

Mi primer entreno fue el 19 de noviembre faltaban 3 meses exactos para Sevilla.

A partir de ese momento cada día me levantaba con ilusión de dar un paso más hacia “mi sueño de altura”.

Cuando llegó el 19 de febrero a las 8:30 de la mañana en la moqueta azul de salida simplemente pensé “ha llegado el momento, has disfrutado el camino, ahora disfruta del último tramo” y simplemente todo salió bien, mejor de lo imaginado, porque la incertidumbre no te deja imaginar a lo grande. Cuando crucé la meta salté, grité, lloré y reí mucho (todo por ese orden).

Fueron tres meses donde aprendí más de lo que  hubiese imaginado, y no solo deportivamente sino personalmente. Mi resumen sería el siguiente:

✨Si no dominas un campo, busca ayuda y cuando la encuentres cree en esa persona y déjate aconsejar, sigue lo que te dice y simplemente… confía. 

Te dice que corras lento… confía.

Te dice que calientes media hora antes de correr dos horas en una media maratón…confía.

Te dice que el entreno está hecho y que tu lesión va a aguantar…confía. 

Te dice que corras el día antes para activarte, conectarte a la prueba y que no tengas miedo al tobillo… confía.

Te dice que no hay muro…confía. 

Te dice que vas a terminar porque los 10 años que llevas corriendo te van a ayudar ya que todos los kilómetros han sido útiles…confía. 

✨Una maratón, como la vida, no se compone de entrenos individuales, sino que son un montón de entrenos todos relacionados entre sí, cohesionados los unos con los otros, donde tan importante es la tirada larga de 26kms como el descanso de los lunes. 

✨Si quieres algo y pones tu esfuerzo, ilusión y fuerza de voluntad en ello es probable que llegues a la meta. Mis amigos me dicen que esto no es algo que haya aprendido ahora, pero lo que si que he aprendido es que esto lo pienso de forma natural porque mi autoestima está en forma💪🏻, y no siempre ha sido así, así que trabajarla merece la pena.

✨Hay que entrenar el cuerpo pero también la mente. Elegir pensar en positivo en lugar de lo contrario está en nuestra mano. 

✨La vida se compone de momentos buenos y malos, pero si lo examinas con detenimiento de todos ellos se aprende y todos sirven, pues los entrenos igual. Un día tuve un entreno malo, tuve que regresar a casa y recuerdo que Anxo me dijo “no es un entreno malo, has hecho hasta donde has podido, parar y decir hoy no puedo seguir, también es importante”.

✨Comer y beber bien entrenando y durante la prueba es fundamental. Hará que ni siquiera veas “el muro”, a ver si va a ser que no existe?.

✨Mantener relaciones sociales buenas, sanas y nutritivas y hacer partícipe de tus sueños e ilusiones a las personas que te rodean harán que se contagien de tus sueños y quieran acompañarte hasta la meta.

✨Y compartir la meta con las personas que te quieren no tiene precio. Cruzar la meta el 19 de febrero de 2023 fue increíble pero que me esperaran 11 amigos en la meta es tan inolvidable como las 4horas, 14 minutos y 33 segundos que “volé” por Sevilla.


Para acabar quiero recordar lo que decía Steve Jobs, lo que nos pasa no tiene sentido en el momento pero cuando pasa el tiempo, avanzas y unes los puntos hacia atrás encuentras “el para qué” de las cosas. ¿”Para qué” hace 10 años me pasó “algo desagradable y doloroso”? “Para que” el camino que me obligó a recorrer me trajera hasta la meta de una maratón y alcanzar “un sueño de altura”.

Ahora toca disfrutar de la meta, recuperarme del esfuerzo y buscar nuevos retos e ilusiones, porque si algo me ha enseñado la maratón es que, igual que pensaba que era imposible correr 42kms y 195 metros, ¿cuantos “imposibles de mi vida” puedo alcanzar?



domingo, 13 de diciembre de 2020

UN GIRO INESPERADO: EL 2020

Pues llega final de año y como he hecho los meses de diciembre de los años anteriores toca hacer repaso de todo lo vivido. 
El 2020 será de esos años que nunca podremos olvidar, pasarán los años y todos recordaremos que hacíamos ese 13 de Marzo cuando nos dijeron que nos confinaban y todo lo que vino después. 
Está claro que disfruto de una situación privilegiada, tengo trabajo y ninguna de las personas que quiero se han visto afectadas directamente por la enfermedad, así que no puedo quejarme para nada, pero además de esto, soy optimista por naturaleza, así que tengo una visión positiva de todo lo que ha ocurrido, porque la pandemia me ha permitido parar y tomarme mi tiempo para pensar. 
En primer lugar el confinamiento me ha dado la oportunidad de descubrir y formarme en contenidos que no conocía o que pensaba que eran complicados para mí. Eso me ha permitido tomar decisiones en mi trabajo, romper con rutinas antiguas que ya estaban agotadas y plantearme nuevos retos con mi alumnado. Como consecuencia de esto, el primer trimestre de curso ha sido muy intenso, agotador incluso, pero lo estoy viviendo como uno de los años en los que más estoy disfrutando como docente. 
En segundo lugar, el confinamiento me ha permitido establecer nuevos contactos y retomar otros con personas que hablan el mismo idioma que yo. Colegas que pensamos que la vida puede ser diferente y mucho más ¿completa? ¿feliz? ¿placentera? ¿llena de bienestar? (cada uno que elija su opción) si nos atrevemos a mirarnos por dentro, aceptarnos y a partir de ahí desarrollar nuestro propósito de vida. Estos meses me han servido para pensar mucho sobre lo que quiero y lo que no quiero, sobre las personas que me han acompañado y me han aportado bienestar emocional y las que no lo han hecho, sobre a quién quiero dedicar mi tiempo y a quién ya le he dedicado el necesario y ahora es momento de soltar lastre. La pandemia me ha dejado claro que el tiempo es finito y muy valioso para pederlo en tonterías y cosas que no me aportan nada. 
Durante estos diez meses el mayor contacto y casi único lo he tenido con mis padres. Desde los 18 años que me fui de casa no había vuelto a pasar tanto tiempo con ellos. Por supuesto que esto tiene sus momentos buenos y malos porque no es fácil adaptarse y menos en esta nueva situación, pero me lo tomo como la oportunidad de pasar un tiempo con ellos en sus últimos años de vida, que estoy segura que de otro modo no hubiese tenido. 
A pesar de mi visión positiva de este año también he tenido momentos de bajón relacionados directamente con no poder compartir momentos y vida con mis amigos más cercanos, esa familia que no puedo ver porque siempre estamos "perimetrados"  (o las unas o los otros), y con los que mantienes el contacto digital pero echas mucho de menos el contacto físico. Ayer pensaba sobre esto y estoy convencida de que cuendo vuelva a ver a muchos de ellos me voy hartar de llorar de emoción, porque reconozco que ahora ya lo necesito. 
A pesar de todo si tengo que valorar el 2020 le pongo un aprobado más que alto por todas las oportunidades que me ha traído. 
Al 2021 le pido salud, calma, aceptación y poder tocar un poco más a las personas que quiero. Quiero pensar que se viene un año lleno de oportunidades, solo tengo que poner el foco en el lugar adecuado. 
Por último agradecer a cada uno de mis amigos cada llamada, cada wasap, cada zoom que hemos compartido, para alguien que no tiene convivientes cada uno de esos contactos ha supuesto para mi tanto como un abrazo o un beso. Ya queda menos para volver a sentirnos cara a cara. Feliz 2021 para todos¡¡¡¡¡

viernes, 24 de julio de 2020

Muchísimas gracias Josep

Cuando trabajo con mi alumnado la emoción de la tristeza me cuesta hacerles entender que a pesar de ser una emoción negativa, porque nos provoca un gran malestar, es necesaria y útil porque está íntimamente ligada al hecho de que lo que ahora nos provoca tristeza, previamente, nos ha hecho sentir alegría y otras muchas emociones positivas. Ellos relacionan la tristeza directamente con la muerte de alguien por eso les cuesta tanto ver el "lado positivo" de ella. 
Hoy me aplico yo esa enseñanza. Me han llamado para decirme que Josep Toll ha fallecido. Albert Espinosa dice en su libro El mundo amarillo, que los amarillos son "esas personas que no son amantes ni amigos, esa gente que se cruza en tu vida y que con solo una conversación puede llegar a cambiártela". Y eso es lo que Josep es, me gusta seguir hablando en presente, para mí, un amarillo. Solo nos vimos una vez en la vida durante un curso que él impartía y al que yo asistí, mantuvimos dos conversaciones telefónicas, y nos intercambiamos unos pocos mails, pero únicamente con eso cambió mi vida. Oírlo durante ocho horas fue tan inspirador, que siempre cuento que en mi vida hay un antes y un después de aquel curso.
Por tanto hoy es un día donde siento muchísima tristeza, pero se debe a que antes, gracias a Josep, he tenido muchas alegrías y con eso me quedo. La alegría que me trajo su inspiración en un momento crucial de mi vida, el cambio que viví, una nueva red social que me acompaña, nuevos aprendizajes, mis objetivos A y mis objetivos B. En resumen una nueva vida que quizás hubiese llegado de una u otra forma, o no,  pero que en este caso fue gracias de él. 
Otra emoción que siento es agradecimiento. Nunca podré agradecerle suficientemente lo que hizo por mí. Me queda el consuelo de haberle hecho llegar ese agradecimiento en vida. 
Siento también mucha pena. Me da pena despedirlo, pero como me dijo un colega "necesitaba descansar y su cuerpo era demasiado limitado para el alma que tenía". 
Por último siento aceptación, la muerte forma parte de la vida. Pienso muy a menudo en ella y me gusta tener interiorizado este aprendizaje, aunque cuando llega el momento sea duro y complicado. De todas formas nadie muere del todo mientras haya alguien que lo recuerde, y en el caso de Josep seguro que somos muchísimas personas las que lo recordaremos, además de su familia y amigos, porque es de esos docentes "que te marcan y nunca se olvidan". 

Muchísimas gracias por todo Josep.

martes, 30 de junio de 2020

Y la vida se paró... o no?

Llevaba un montón de tiempo sin pasarme por aquí, no encontraba el momento, estaba liada con otros trabajos, en fin mil razones que me parecían totalmente justificadas. 
Hoy salí a caminar y siempre aprovecho para ir oyendo conversaciones interesantes que hay en instagram y que a veces no tengo tiempo de oír en directo. Los domingos a las 16:00 durante todo el confinamiento han charlado @gabyhostnik y @marianavarretefa y sus conversaciones me han parecido deliciosas y muy útiles para el mundo de la educación emocional.
Durante la conversación de hoy, dedicada a la resiliencia, María contaba como el cerebro a veces tiene poca memoria y como situaciones positivas y aprendizajes que el confinamiento le había traído, pasaban a ser olvidados al entrar en la "nueva normalidad", y valoraba como útil y necesario, pararse, sentarse y buscar la forma de recordarlos, porque recordar y poner en valor lo bueno que hemos logrado a lo largo de la vida, mejora la autoestima y es una herramienta para trabajar la resiliencia.
Así que he llegado a casa y me he puesto a elaborar este post para no olvidar nunca lo que el Covi19 y el confinamiento me ha deparado.
La verdad es que desde el 13 de Marzo he aprendido sobre un montón de cosas de las que simplemente o no había oído hablar o conociéndolas no me veía capaz de formar parte de ellas.
Respecto a mi parte profesional,  simplemente intensificar el contacto con mis compañeras de postgrado de Barcelona y al mismo tiempo descubrir la comunidad de aprendizaje colaborativo Beforget ha hecho un click en mi cerebro y me ha permitido pensar en primer lugar que puedo mejorar mi trabajo, y en segundo lugar que puedo mejorar la vida de mis alumnos.
Nunca me he considerado buena trabajando en grupo, peco de individualismo y pensamientos del tipo "ya lo hago yo", así que cuando durante este confinamiento me surgieron dos proyectos para trabajar en equipo, acepté el reto de al menos intentarlo y ver que podía aprender, estaba encerrada y no podía hacer frente a proyectos presenciales que hubo que cancelar, una mala situación me traía una oportunidad. Menos mal que esta vez me atreví, porque en el trabajo colaborativo he descubierto un mundo de posibilidades, un montón de personas que tienen proyectos chulísimos, ideas fantásticas y sobre todo y lo más importante, muchísima inspiración, y personas que "hablan tu mismo idioma". Consecuencia de esto han surgido proyectos como:
2. La posibilidad de contarle a profes como la educación emocional cambió mi vida y consecuencia de ello mi profesión Mi cambio
3. Gracias a la inspiración de Leti, atreverme a hacer "cuentos desde el confinamiento" con mis alumnos.  Una historia de  fue creado por el alumnado del ciclo superior y Sentimientos de un encierro por el alumnado de ciclo medio, unos cracks todos.
Y una vez hecho esto sigo adelante con dos proyectos que me tienen super ilusionada, lo que yo llamo planes A, Emoversity y trabajar por retos con mi alumnado el próximo curso. Sin este confinamiento esto no hubiese sido posible (ni imaginable).
Respecto a mi parte personal, he descubierto el deporte en casa y he convertido en un hábito diario meditar. Los aplausos de las ocho, en mi aldea se sustituyeron por panderetas. Netflix y Amazon Prime han sido buenos compañeros, pero las mejores han sido  "Niñas de Cambados" y sus quedadas por videoconferencias todos los sábados a la hora del aperitivo. 
He aprendido a grabar videos (iniciación a Youtuber fase I), descubierto los bancos de imágenes y que puedes grabar tus power point en video (ya sé que es una chorrada pero yo el 13 de marzo ni lo imaginaba).
He asistido a un montón de charlas por Instagram y youtube, así que me he estado formado un poquito porque la oferta que había era de mucha calidad.
La reunión de los sábados con Emoversity así sido un camino de aprendizaje, buen rollo y mucha compañía.
Aprendí a cocinar más sano, por supuesto hice pan como todo el mundo, y bizcochos, pero también yogures (yo que antes me reía de amigas que tenían yogurtera, jajaja).
Las charlas semanales por Zoom con mis alumnos me han hecho sentir bien como profe, y finalmente que pudieran hacer sus prácticas en la mayoría de los casos me ha dado tranquilidad.
He redescubierto mi aldea. Lo que siempre había sido para mi aislamiento se convirtió por arte de magia del confinamiento en libertad, y pude pasar un tiempo con mis padres que de otra forma nunca hubiese pasado.
En fin, siempre he sido optimista, y esta vez no iba a ser menos. El primer sábado que estuvimos confinados, en una videoconferencia con colegas comentábamos sobre lo qué pensábamos que supondría para nosotros esto, y yo comentaba que no sabía para que, pero que estaba segura que me serviría para algo bueno, en ese momento no podía imaginar la cantidad de cosas buenas y nuevas que me ha traído.

También ha habido momentos de tensión e incertidumbre, en mi caso tengo más en este momento que durante el encierro, y momentos de tristeza al leer las noticias (aunque he estado a dieta de medios de comunicación) y momentos de frustración relacionados con el funcionamiento de mi centro educativo principalmente, pero como ya se, todas las emociones, positivas o negativas, bien gestionadas sirven para algo, y de éstas también he aprendido. 

Me he sentido muy acompañada a pesar de vivir y estar sola. Así que simplemente gracias a todos.

La vida se paró... yo creo que no, simplemente avanzó de forma diferente.




sábado, 21 de diciembre de 2019

2019 UN AÑO DE "PRIMERAS VECES"

Ha sido un año fantástico. Ha sido un año intenso. Ha sido un año triste. Ha sido un año inesperado. Ha sido un año tranquilo. Ha sido un año sorprendente. Ha sido un año reflexivo. 
Han ocurrido tantas cosas que según en el momento que piense podría definir el 2019 de un modo diferente, pero la mejor definición es que ha sido un año de muchas "primeras veces". He vivido cosas por primera vez, he hecho cosas por primera vez, he escuchado cosas por primera vez y me he enfrentado a situaciones por primera vez.
Esto significa que he estado muchas veces fuera de la zona de confort, y por lo tanto donde está el aprendizaje, donde está el miedo, el malestar, la frustración, pero también la alegría, el descubrimiento, la felicidad. 
Ha sido un año de momentos muy buenos, pero también de momentos malos.
Ha sido un año donde me he sentido comprendida y donde me he sentido totalmente incomprendida.
Ha sido un año donde he comprendido y donde no he comprendido nada. 
Ha sido un año donde me he sentido respetada y donde he respetado. 
Ha sido un año donde no me he sentido respetada y no he respetado.
Has sido un año donde he perdonado y me han perdonado.
Ha sido un año donde me he sentido acompañada y donde me he sentido sola.
Ha sido un año lleno de kilómetros corridos y de kilómetros caminados.
Ha sido un año lleno de retos alcanzados y retos pendientes de alcanzar.
Ha sido un año donde he viajado y donde me he parado.
En resumen ha sido un año lleno de VIDA y es lo que le pido al 2020 más VIDA¡¡¡¡





domingo, 18 de agosto de 2019

"ESO QUE NO TE DEJA RESPIRAR"

Hoy he leído un artículo maravilloso Mi queridísimo Federico - Otras miradas - Ana Bernal Treviño donde dice "los veranos son un poco así. Parece que la vida se para, que no sucede nada, que se suspende el tiempo, y yo ahora necesito que circule el aire, y que el tiempo circule y me traiga ya lo que necesito" y de repente he necesitado volver aquí, escribir un par de líneas, recordarme quien soy y cómo he llegado hasta aquí, y dejarme a mi misma bien claro a lo que nunca voy a renunciar.

El verano va tocando a su fin, y aunque todavía quedan días de emociones, caminos por recorrer y momentos por compartir (de esos que anhelas porque sabes que te reconfortarán), siento que ha sido un verano desde un punto de vista emocional complicado, confuso,... o simplemente como cualquier otro, pero la conciencia emocional desarrollada a lo largo de este último año me ha permitido poner nombre a "eso que no me deja respirar". He descubierto para mi desgracia que esa regulación emocional de la que tantas veces presumo hay momentos en que no la domino, y que a pesar de todas las herramientas con las que cuento, no logro ponerlas en marcha, al menos no de forma automática y sencilla, y por eso "no respiro bien".

Escribir me ayuda a asentar pensamientos y hacer el camino siempre me ha ayudado psicológicamente mucho, así que hoy me he puesto a pensar y escribir un ratito y  en dos días inicio un nuevo camino convencida además de que ha llegado en el mejor momento para mi.  Para ayudarme a tomar perspectiva, fijar objetivos, marcar líneas rojas que nunca voy a traspasar y borrar otras muchas que no son útiles para mi bienestar, pero sobre todo para liberarme de "eso que no me deja respirar".
A la vuelta escribiré mi post recordatorio del verano, como cada año, pero hoy simplemente quería escribir sobre "eso".

Ayer descubrí a Ses en directo, fue inspirador oírla, así que aquí os dejo Non son fada como despedida hasta mi vuelta.