La verdad es que está semana se ha pasado volando, y no solo en el plano cronológico, sino también han volado los estados de ánimo y los acontecimientos.
Empecé la semana regulín, los lunes definitivamente son depresivos, y este lo fue especialmente, pero ese Sálvame y los problemas de la Pantoja hicieron que mi vida me pareciese mejor. La verdad es que todo le pasa a ella, su vida es un culebrón, pero soy de las que opino que educando a los hijos no ha estado muy bien, porque uno te puede salir regulín, pero los dos, ¿en sus colegios no les dieron clases sobre el uso de los anticonceptivos?
El martes había renacido, creo que correr 6 kms, hace que la mente de cualquiera mejore y la vida se vea "con grandes plumas de colores". Así que decidí canalizar mi "rollo depresivo" y empezar a hacer cosas, así que aquí me teneis organizando un "amigo sensible" y una recogida de alimentos en el insti.
Llegó el miércoles y todo era mejorar, aunque leer los periódicos y ver que lo que ocurrió hace 11 años en las Costas Gallegas quedaba impune, me dió la certeza de que vivimos en un país donde ocurra lo que ocurra, "nunca pasa nada".
El jueves ese Sálvame y esta vez la familia Ortega Cano me entretuvieron una siesta de dos horitas, la verdad es que es televisión basura, pero en pequeñas dosis te puede hacer pasar un rato entretenido, pero creo que deberían gritar menos.
Y por fin hoy es viernes, con un finde por delante para... Se me ocurren muchas cosas, seguramente haré solo alguna pero estoy segura de que merecerán la pena, e intentaré empezar el próximo lunes con un estado de ánimo mucho mejor que el del lunes pasado, y seguiré haciendo cosas y seguiré riéndome, porque al final ¿qué más nos queda?
Os dejo una canción versionada por Leilía sobre cuanto nos han mentido, y sobre lo que queremos que no vuelva a pasar