Hacía años que no me pasaba por aquí, pero una Maratón bien lo vale.
Hace 10 años que empecé a correr. Lo hice por necesidad, no pasaba un buen momento y alguien me dijo que correr liberaba la mente, así que cuando no encuentras solución te agarras a lo que sea y de ese modo empezó mi idilio con el running. Mientras corría no pensaba, la terapia perfecta (hoy además sé que mi cuerpo generaba endorfinas que compensaban todo el cortisol que mi estrés y ansiedad estaban provocando).
A pesar de que era mi mejor terapia jamás pensé que podría correr una maratón (ni me lo planteaba). Empecé entrenando poquito a poco (mi primera tirada fue de 30 segundos😂😂😂) y a los dos años me atreví a correr una carrera de 5kms. Me encantó la emoción de la espera en la salida, correr acompañada y la sensación de llegar a meta (reto cumplido).
Un año después llegaron mis primeros 10K y recuerdo que tuve unas agujetas increíbles, al día siguiente no podía andar, ahora se que el cuerpo necesita muchas carreras (y estirar bien) para ir adaptándose a las distancias.
En 2016 me apunté a correr con un grupo porque quería preparar mi primera media maratón, la de Sevilla. ¿Por qué Sevilla? Había vivido allí, la ciudad me había traído siempre cosas buenas, es una ciudad plana y me pareció una forma perfecta de cerrar un círculo.
Entrenar con el grupo me sirvió primero para divertirme, segundo para conocer mujeres increíbles con grandes retos deportivos que me inspiraron y tercero para descubrir que hay que entrenar con criterio y no correr por correr.
En enero de 2017 corrí los 21K de Sevilla y las emociones positivas empezaron a multiplicarse por cien. En noviembre fui a mi primera Behobia y ahí simplemente flipé ¿Y si una maratón fuese posible? ¿Se multiplicarían por mil esas emociones?
Entonces en septiembre de 2017 mientras cursaba el posgrado de educación emocional en Barcelona nos propusieron una actividad que era “soñar”. Consistía en elegir tu “sueño de altura” y empezar a trabajar sobre él. En ese momento lo tuve claro “mi sueño de altura” era correr la maratón de Sevilla y puse de fecha tope febrero de 2020. Ahora me doy cuenta de que la fecha no estaba bien planificada, pero la semilla de la ilusión estaba ya dentro de mi. A partir de ese momento en cada carrera, en cada media maratón y en cada entreno/km que hacía pensaba que estaba recorriendo el camino hacia esa meta.
Transcurrió 2018 y parte del 2019 y cuando llegó el momento de preparar Sevilla, los tres meses que una maratón necesita como mínimo, no lo hice. Estaba en buena forma, acababa de correr dos medias con buenas sensaciones y buenos tiempos pero me fui de viaje esas navidades y encontré la excusa perfecta para para no empezar los entrenos. Ahora se que simplemente no era el momento, como todo en la vida la maratón llega cuando la necesitas y cuando estás preparada para que llegue.
Con lo que no contaba era con el Covid. En marzo de 2020 el mundo se paró y durante dos años seguí entrenando poco pero sin retos porque no se sabía cuándo volveríamos a la normalidad que incluía también la normalidad de carreras y las nuevas ilusiones.
En septiembre de 2021 corrí la media maratón de Las Catedrales y volví a pensar en “mi sueño de altura”.
En 2022 de forma recurrente empecé a notar que necesitaba nuevos retos. Había pasado dos años de
Covid bastante sola físicamente y necesitaba conectarme de nuevo a una ilusión. Corrí la media de Lugo, la pedreste de Santiago y regresé a la Behobia. Fue a la vuelta de San Sebastián cuando vi claramente que había llegado el momento de intentar la maratón de Sevilla, mi sueño de altura tenía nueva fecha 19 de febrero de 2023, y no porque la Behobia me hubiese demostrado que estaba súper en forma (no fue mal pero sufrí más de lo que esperaba), fue el momento vital y escuchar a mi yo interior que me dijo simplemente dos cosas “necesitas un nuevo reto en tu vida” y “necesitas afrontar tus Navidades de la mejor manera posible” y lo tuve claro, había llegado el momento.
Volví de San Sebastián el lunes 14 de noviembre y el martes 15 llamé a mi entrenador (no lo conocía pero tenía la mejor de las referencias) para pedirle si podía ayudarme a cumplir mi sueño. Recuerdo perfectamente todo lo que me dijo:
💫 Quiero ser realista y sincero, es poco tiempo para una primera maratón, puedes empezar con los entrenos pero hasta la última semana de diciembre no podré decirte si es posible que lo logres.
💫 No tiene nada que ver con una media maratón, es como “cambiar incluso de deporte”.
💫 Voy a ayudarte pero es importante seas consciente de la realidad.
Todo lo que me dijo me resonó y fue justo lo que necesitaba oír, desde ese momento confié sin dudar en todo lo que él me decía, aunque a veces no entendiera el por qué de los entrenos.
Mi primer entreno fue el 19 de noviembre faltaban 3 meses exactos para Sevilla.
A partir de ese momento cada día me levantaba con ilusión de dar un paso más hacia “mi sueño de altura”.
Cuando llegó el 19 de febrero a las 8:30 de la mañana en la moqueta azul de salida simplemente pensé “ha llegado el momento, has disfrutado el camino, ahora disfruta del último tramo” y simplemente todo salió bien, mejor de lo imaginado, porque la incertidumbre no te deja imaginar a lo grande. Cuando crucé la meta salté, grité, lloré y reí mucho (todo por ese orden).
Fueron tres meses donde aprendí más de lo que hubiese imaginado, y no solo deportivamente sino personalmente. Mi resumen sería el siguiente:
✨Si no dominas un campo, busca ayuda y cuando la encuentres cree en esa persona y déjate aconsejar, sigue lo que te dice y simplemente… confía.
Te dice que corras lento… confía.
Te dice que calientes media hora antes de correr dos horas en una media maratón…confía.
Te dice que el entreno está hecho y que tu lesión va a aguantar…confía.
Te dice que corras el día antes para activarte, conectarte a la prueba y que no tengas miedo al tobillo… confía.
Te dice que no hay muro…confía.
Te dice que vas a terminar porque los 10 años que llevas corriendo te van a ayudar ya que todos los kilómetros han sido útiles…confía.
✨Una maratón, como la vida, no se compone de entrenos individuales, sino que son un montón de entrenos todos relacionados entre sí, cohesionados los unos con los otros, donde tan importante es la tirada larga de 26kms como el descanso de los lunes.
✨Si quieres algo y pones tu esfuerzo, ilusión y fuerza de voluntad en ello es probable que llegues a la meta. Mis amigos me dicen que esto no es algo que haya aprendido ahora, pero lo que si que he aprendido es que esto lo pienso de forma natural porque mi autoestima está en forma💪🏻, y no siempre ha sido así, así que trabajarla merece la pena.
✨Hay que entrenar el cuerpo pero también la mente. Elegir pensar en positivo en lugar de lo contrario está en nuestra mano.
✨La vida se compone de momentos buenos y malos, pero si lo examinas con detenimiento de todos ellos se aprende y todos sirven, pues los entrenos igual. Un día tuve un entreno malo, tuve que regresar a casa y recuerdo que Anxo me dijo “no es un entreno malo, has hecho hasta donde has podido, parar y decir hoy no puedo seguir, también es importante”.
✨Comer y beber bien entrenando y durante la prueba es fundamental. Hará que ni siquiera veas “el muro”, a ver si va a ser que no existe?.
✨Mantener relaciones sociales buenas, sanas y nutritivas y hacer partícipe de tus sueños e ilusiones a las personas que te rodean harán que se contagien de tus sueños y quieran acompañarte hasta la meta.
✨Y compartir la meta con las personas que te quieren no tiene precio. Cruzar la meta el 19 de febrero de 2023 fue increíble pero que me esperaran 11 amigos en la meta es tan inolvidable como las 4horas, 14 minutos y 33 segundos que “volé” por Sevilla.
Para acabar quiero recordar lo que decía Steve Jobs, lo que nos pasa no tiene sentido en el momento pero cuando pasa el tiempo, avanzas y unes los puntos hacia atrás encuentras “el para qué” de las cosas. ¿”Para qué” hace 10 años me pasó “algo desagradable y doloroso”? “Para que” el camino que me obligó a recorrer me trajera hasta la meta de una maratón y alcanzar “un sueño de altura”.
Ahora toca disfrutar de la meta, recuperarme del esfuerzo y buscar nuevos retos e ilusiones, porque si algo me ha enseñado la maratón es que, igual que pensaba que era imposible correr 42kms y 195 metros, ¿cuantos “imposibles de mi vida” puedo alcanzar?