viernes, 24 de julio de 2020

Muchísimas gracias Josep

Cuando trabajo con mi alumnado la emoción de la tristeza me cuesta hacerles entender que a pesar de ser una emoción negativa, porque nos provoca un gran malestar, es necesaria y útil porque está íntimamente ligada al hecho de que lo que ahora nos provoca tristeza, previamente, nos ha hecho sentir alegría y otras muchas emociones positivas. Ellos relacionan la tristeza directamente con la muerte de alguien por eso les cuesta tanto ver el "lado positivo" de ella. 
Hoy me aplico yo esa enseñanza. Me han llamado para decirme que Josep Toll ha fallecido. Albert Espinosa dice en su libro El mundo amarillo, que los amarillos son "esas personas que no son amantes ni amigos, esa gente que se cruza en tu vida y que con solo una conversación puede llegar a cambiártela". Y eso es lo que Josep es, me gusta seguir hablando en presente, para mí, un amarillo. Solo nos vimos una vez en la vida durante un curso que él impartía y al que yo asistí, mantuvimos dos conversaciones telefónicas, y nos intercambiamos unos pocos mails, pero únicamente con eso cambió mi vida. Oírlo durante ocho horas fue tan inspirador, que siempre cuento que en mi vida hay un antes y un después de aquel curso.
Por tanto hoy es un día donde siento muchísima tristeza, pero se debe a que antes, gracias a Josep, he tenido muchas alegrías y con eso me quedo. La alegría que me trajo su inspiración en un momento crucial de mi vida, el cambio que viví, una nueva red social que me acompaña, nuevos aprendizajes, mis objetivos A y mis objetivos B. En resumen una nueva vida que quizás hubiese llegado de una u otra forma, o no,  pero que en este caso fue gracias de él. 
Otra emoción que siento es agradecimiento. Nunca podré agradecerle suficientemente lo que hizo por mí. Me queda el consuelo de haberle hecho llegar ese agradecimiento en vida. 
Siento también mucha pena. Me da pena despedirlo, pero como me dijo un colega "necesitaba descansar y su cuerpo era demasiado limitado para el alma que tenía". 
Por último siento aceptación, la muerte forma parte de la vida. Pienso muy a menudo en ella y me gusta tener interiorizado este aprendizaje, aunque cuando llega el momento sea duro y complicado. De todas formas nadie muere del todo mientras haya alguien que lo recuerde, y en el caso de Josep seguro que somos muchísimas personas las que lo recordaremos, además de su familia y amigos, porque es de esos docentes "que te marcan y nunca se olvidan". 

Muchísimas gracias por todo Josep.