Muchas veces suceden cosas y no sabes por qué? o suceden para algo, y después traen otras totalmente inesperadas, y eso es lo que me ocurrió a mi con mi regreso a Galicia. Vine por algo, pero me he encontrado con sorpresas inesperadas y fantásticas como la de ayer.
Ayer corrí por primera vez una carrera de montaña, la CAMOVI de Viveiro, 18 kms de "puro monte galego" en medio de lluvia, viento y barro, pero con unas vistas maravillosas y un tiempo de soledad que me permitió disfrutar como no hubiese imaginado nunca.
Empecé regular porque con la que estaba cayendo no me atreví a calentar, error¡¡¡¡ así que los tres primeros kilómetros fueron complicados por un dolor de gemelos que me hizo dudar. Dudar de si el trabajo de varios meses se vería recompensado, si acabaría, si olvidaría las molestias, finalmente a partir del kilómetro cuatro los dolores desparecieron y el resto fue todo disfrutar¡¡¡ Los paisajes espectaculares, correr sobre barro y charcos te da libertad y la organización de la carrera era simplemente espectacular, así que ni me perdí, con lo cual sólo me quedaba pasarlo bien¡¡¡¡
Y allí estaba yo emocionada y feliz subiendo un monte, convencida de que en este lustro se había cerrado una especie de círculo y deseando llegar al final de carrera y disfrutar de sensaciones maravillosas.
Y llegué a meta, con la emoción me caí a diez metros de ella, pero me levanté y entré sintiendo cosas muy parecidas a las que sentí cuando hace doce años me llamaron para decirme que había aprobado la oposición. Parecen cosas totalmente distintas e incomparables pero yo ayer me levanté diciéndome "he estudiado, ahora quiero aprobar", había entrenado mucho y ahora quería acabar.
Al llegar a meta estaban Raquel, Virginia y Montse, no recuerdo demasiado lo que pasó, ni siquiera he visto todavía ninguna foto de mi llegada, pero lo recuerdo como emocionante y bestial, con muchas ganas de abrazarlas y de llorar y con un golpe de adrenalina que me tenía despierta todavía a las cuatro de la madrugada.
Lo conseguí gracias a mi trabajo pero nunca lo hubiese logrado sola. Durante toda la carrera y al llegar a meta recordé a todas las personas que me habían llevado hasta allí: Merche, Jorge, Marilu, Virginia, Raquel, Pedri y el resto de compis de entreno, sin ellos nunca me hubiese animado a ponerme unas zapatilla de correr ni me hubiese atrevido a subir al monte y correr 18 kms.
De ayer me quedo con la sensación de la primera vez, que es única y con la sensación de que cuando pasa el tiempo es cuando te das cuenta de por qué han ocurrido determinadas cosas.
Gracias de forma especial a Virginia, sin sus consejos que he usado en muchos momentos desde que la conozco nunca lo hubiese conseguido y a Pedri y Raquel por hablar conmigo siempre sin tener ninguna duda de que podría lograrlo, eso me hizo creer y por "ir viéndolos" durante la carrera, me dio seguridad.
A mi amiga Montse por estar en la meta cuando llegué para abrazarme aunque estaba de barro y "mierdecilla" hasta las orejas y a Eli por venir a comer con nosotras en un día que ya incluyo en mis INOLVIDABLES, objetivo conseguido¡¡¡
El año que viene, más y mejor.